Monday, May 23, 2016

Hoy: Ote y su particularidad

¡Hola! Espero tengan un inicio de semana excelente. Por mi parte, les ofrecemos disculpas por no subir post el día de ayer, la idea es escribir los domingos, los miércoles y los viernes para tener algo que contarles en nuestro día a día.

Así que no sería la historia de hoy, sino de ayer, pero como es hoy no puedo poner ayer porque nos confundiríamos y daría para falencias cronológicas, etc, etc, etc. Pero bueno, dando inicio a nuestro post, desde que Otello llegó a mi vida han cambiado muchas cosas: hábitos alimenticios, horarios, comportamientos y muchas más cosas que ustedes irán conociendo en el camino. 

Una particularidad de Ote es su forma de expresarse. Sé que muchos perros se comunican con sus dueños por miradas, por gestos, trucos que nosotros los humanos les enseñamos o simplemente con sus sonidos. Mi perro shakesperiano es de los últimos. Cuando está aburrido chilla, cuando quiere ir a la calle chilla, cuando quiere que apague la luz de la habitación chilla, cuando ve un gato chilla. Y no, cuando está haciendo sus necesidades no chilla. En todo caso, he aprendido con él a comunicarme y a entenderlo en su básica forma de comunicación. 

¡Ah! Olvidé mencionar que cuando no puede alcanzar algo, también chilla. A veces pienso que es como una fusión entre un chanchito y un perro, pero aun así, es genial. Como breve anécdota, les cuento que estábamos en el juego de la mañana y decidí ponerle una varita lo suficientemente alta para que el saltara y desarrollara sus habilidades como canguro. En vez de eso, le ladró y le lloró a la varita hasta que tuve que bajársela un poco más; pero cuando estaba haciendo eso, Otello hizo un ataque ninja: sin que lo viera, ya había tomado la suficiente velocidad para saltar, de la emoción se llevó la varita y hasta creo que en esa escena slow-mo pensó que era gato para caer de pie. Se equivocó. Vi su carita de felicidad cuando la atrapó finalmente, pero no pude evitar mi sobresalto cuando el cuadrúpedo, como un meteorito implacable, se estrelló en la grama donde estábamos.

¿Final triste? Al contrario. Ote parece un niño que si uno se preocupa por la caída y el golpe, adivinen: CHILLA, pero como me preocupe pero no se lo demostré, se levantó, se sacudió, batió su colita y siguió saltando. Hasta el sol de hoy, creo que han sido como cuatro o cinco meteoritos caninos.

Bueno, ha sido todo por el momento. Quedamos listos para la próxima. ¡Hasta entonces!

No tengo fotos para brindarles hoy, pero acá les dejo una para la reflexión:

Foto rescatada de: http://cnnespanol.cnn.com/2014/09/10/la-asombrosa-historia-de-los-perros-callejeros-que-los-sovieticos-enviaron-a-conquistar-el-espacio/ (Ustedes saben, para evitar las cosas de plagio y eso)

2 comments:

  1. Jorge como relatas historia tan hermosas como esta

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  2. Felicitaciones hijo.Sigues con tu vena de escritor muy al día.

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